
Estos desarrollos sugieren una nueva etapa de evolución para la arquitectura. Estaremos en continua relación con ellos y los consideraremos cada vez mas como robots en donde habitar. Actualmente los edificios están siendo dotados de sistemas nerviosos artificiales, sensores, pantallas y equipos controlados por ordenador. La integración de instalaciones necesarias para las telecomunicaciones digitales da lugar a los mismos problemas de diseño que la instalación del cableado eléctrico y de los sistemas de telefonía convencionales. La instalación digital de un edificio es en realidad una cuestión de "permeabilidad", su capacidad para recoger y distribuir los bits por todas partes. Los edificios inteligentes serán muy sensibles a las necesidades de sus moradores, pero serán también consumidores inteligentes de recursos. Se programaran para adaptarse a las variaciones de las demandas internas y externas; y a los continuos cambios de precios de dichos servicios. A medida que los edificios evolucionen, cambiaran los materiales, productos y procesos de la construcción. Habrá menos componentes individuales y la miniaturización nos permitirá beneficiarnos de las redundancias. Todo ello supondrá nuevos oficios en la construcción: especialistas en redes, etc. en equipos informáticos y expertos en programación se unirán a trabajadores del acero y el hormigón, carpinteros, albaniles, pintores, etc.
Prologo: réquiem por la ciudad.
William J. Mitchell.